brutalismo
mis amigos y yo estamos grandes
tan grandes que ya no soportamos a los jóvenes
que fuimos
no podemos creer las ganas de arruinarse la vida a esta altura
recién estamos entendiendo los que nos decía un analista 10 años atrás
caemos en pozos depresivos pero igual nos levantamos a trabajar
porque ya no tenemos el privilegio ni la confianza de que alguien más nos sostenga
es como ese juego de tirarte de espalda pero ahora no hay nadie
si es que tenemos pareja ya aprendimos que no ocupa ese lugar
ocupa otro
a veces formamos un monstruo de dos cabezas con ella
a veces directamente nos separamos y
a veces hay algo que sigue funcionando
los que están solteros ya no soportan a los encajetados
los encajetados no son siquiera amigos ni monstruos de dos cabezas
son un grupo de histeria del siglo xix
una serie de falsos integrantes de la causa amistad
incluso cuando la amistad se basa en decirnos barbaridades
las hojas de un árbol tiemblan en un café
las cosas simples de la vida
al cabo de unos minutos notamos que no es el viento
es el aire acondicionado arrojando su veneno hacia fuera
otro café pero ya en la casa que ahora tiene cama y biblioteca
los amigos admiran la belleza del brutalismo y dicen:
esto es lo que le hace falta a la clase media
un poco de material desnudo, a la vista, crudo
dejar de intentar esconder lo que somos:
grandes, brutales
pero dispuestos a no arruinarnos más la vida
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