frutillas

yo le prendo velas a los santos para abolir mi romanticismo tardío, para destronar mi amor por el modernismo y declarar que el trabajo es lo que me ordena, soy una obrera comunista que se olvida de mencionar a Marx entre los 3 grandes pensadores del siglo xx 
ando diciendo cada vez que veo el número 1888 que Borges nació por ahí cerca
pondría a Virginia Woolf, a Simone Weil, a Proust
pero la literatura siempre ha quedado relegada a un trabajo del pensamiento menor y peor aún si ese pensamiento estaba en el cerebro de una escritora, las pensadoras apenas han existido en nuestra conciencia, apenas hemos podido pensar 
seguro que porque no quisimos

no pido disculpas por expresarme también con signos de mi época, es como una emoción involuntaria, hay que dejarse atravesar por la forma, no voy a acogotar el estilo forzándolo a hacer de cuenta que a su alrededor están los materiales y los objetos que te permitan escribir una versión de las olas 

a partir de ahora todo lo que sale de mi pluma lapicera Parker jotter es pensamiento improvisado, es impresión y agilidad sensible, intuición 

he salido de las historias de amor no correspondido para volverme completamente esa risa que estalla después de haberse perdido en un sinfín de dolores agolpados con la brisa de verano
y te tocan con la mano fantasmática

me he vuelto la reina de la soledad, única en su especie, no conozco a nadie que esté más solo que yo 
siempre me transformo en algo donde nadie puede batirme 
porque me transformo en mi propia tierra y mi tierra es pura incertidumbre, es vagar por las calles perdidas de tu propia realidad, ese árbol pelado, a veces frondoso y verde, de tronco duro, donde no cabe un alfiler de esa facultad de la mente para representarse cosas inexistentes, el árbol es el árbol, también puede protegernos ante el horror
te abrazás a ese árbol en tu calle perdida, tu propia realidad está formada por vos y por lo que sea que esté afuera, el caos y la incertidumbre 
pero lo que sea que designe una escena que dramatice un deseo inconciente 
destruye el árbol, como un vendaval 
o lo altera a tal punto 
que puede caerse, enfermarse, morirse como en la guerra 

yo fui un amor con vos hasta que me harté, me harté de tus caprichos, de tus problemas, de que no importaran los míos 
si te ponés a ver, repasar los momentos que en tu corazón, en tu cama, en tus deseos pasé 
vas a ver ese amor inmenso antes del cansancio y de que detrás de un árbol a más de 6000 km de distancia te acechara para que por una vez fueras permeable a mis problemas y como un perro me lamieras la herida 
mala combinación de tiempo 
ahora solo soy parte de tu historia 
yo ya pude ver ese árbol 
lo demás queda 
está en vos
quizás pronto puedas colgarte de esa rama gruesa, fibrosa, muscular, sujeta al corazón de las cosas 
como yo lo hacía cuando estaba en monte y pensaba en vos y hablaba, en ese entonces, simultáneamente con vos
ahí creo que tuvimos nuestra primera llamada telefónica
colgadas al sentimiento de que el amor podía ser mejor 
y hablamos una hora sobre frutillas

dos que quieren mejorar el amor pueden hablar horas sobre cualquier tema 

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