respirar hacia adentro
me pasó un perrito por abajo,
un caniche viejo y pelado,
me atacó un perrito,
minutos antes,
un perro negro y flacucho, malo
me hizo acordar a vos
parecía bueno, incluso iba a tocarlo,
me asusté un poco
pasó todo tan rápido
ni siquiera pensé en defenderme, a diferencia de lo que ocurrió con vos y con otro perro blanco como la nieve y un moño en la cabeza que no paraba de ladrarme y la dueña seguía y seguía conversando sin hacer nada al respecto
fui al árbol (las dos veces que me me sentí atacada)
donde te rogué que no me dejaras porque no te convenía
en ese entonces vos querías que siguiéramos siendo amigas
debe haber sido por esta fecha
yo te imploraba y te imploraba
vos llamabas a tu mamá para que te buscara
para que te quitara de mis garras
(el perro flaco, viejo y pelado va y viene por debajo del banco, compartimos aura)
traté de dejar para siempre el pensamiento enterrado a los pies del árbol
no funcionó
volvió a pasar hoy
debe ser la fecha
el complot de las efemérides
me gustaría ser sanada por un exú
la exuberancia de pomba gira haciendo la macumba para que te vayas de mí
para que te vayas de una vez de mí, para siempre
me sorprenden dos novias adolescentes entrelazadas en el medio de la plaza
cuando yo te venía a buscar vos apenas me saludabas
en esa época
qué dolor
ya no sé cómo más deshacerme de este dolor
es como la adicción más dura
un veneno de terror
donde los caniches de la plaza te atacan cometiendo un gran error
igual que vos
igual que yo
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