príncipe dolor

me pasó un perrito por abajo,  un caniche viejo y pelado, me atacó un perrito, minutos antes, un perro negro y flacucho, malo me hizo acordar a vos parecía bueno, incluso iba a tocarlo, me asusté un poco pasó todo tan rápido  ni siquiera pensé en defenderme, a diferencia de lo que ocurrió con vos y con otro perro blanco como la nieve y un moño en la cabeza que no paraba de ladrarme y la dueña seguía y seguía conversando sin hacer nada al respecto  fui al árbol (las dos veces que me me sentí atacada) donde te rogué que no me dejaras porque no te convenía  en ese entonces vos querías que siguiéramos siendo amigas  debe haber sido por esta fecha yo te imploraba y te imploraba  vos llamabas a tu mamá para que te buscara para que te quitara de mis garras  (el perro flaco, viejo y pelado va y viene por debajo del banco, compartimos aura) traté de dejar para siempre el pensamiento enterrado a los pies del árbol  no funcionó  volvió a pasar hoy debe ...

un ojo roto todo lo que esté roto ¿qu é es lo roto? a veces hay que cortar un co rte yo prefiero destruir no corto algo más masivo en mí destruir algo herm oso la destrucción es más larga, se construye en el tiempo no sé si un corte es más limpio, de corazón lo dudo, tengo mis dudas acerca de los cortes no de lo cortés de lo cortés cada vez tengo más certeeeezas tengo en cambio cero cerveeeezas corté con el alcohol yo corté con el amor y no me creo nada yo cort ejé el amor y me puse de novia con mi soledad y con la idea de no estresarme cortar con una idea her mosa para dejar de estar tan enamorado de uno mismo doy por sentado el narcisismo estoy aquí sentada aquí centrada la destrucción abarca muchos c ortes y también contiene su belleza también dudo de la belleza del cooor te mas no de la corte porque viene del cortejo dudo de la belleza del corte sobre todo si es ascético, limpio, pulcro no confío en la pulcritud no confío en la fria ldad lo higiénico me lleva a lo que no es poética...

en la vereda de la facultad de artes todavía hay hojas de otoño,  hojas amarillas de alcanfor  he desarrollado una especie de obsesión por los aires acondicionados, es decir, por su unidad exterior  todos colgando una fealdad brutal  donde seguro encuentro alguna forma de agarrarme una forma de quedarme y moverme  quiero una corona que abajo diga: dolor estoy de novia con un personaje de televisión que me hace muy bien  me ama y me acaricia  es mejor que cualquier otra fantasía le enseño español  ella está fascinada por mi pobreza y riqueza (interior) por mi estética anti estética tradicional  por mis raíces, supongo, latinoamericanas por mi rareza andrógina  nunca la cogieron así dice con tanta energía y ternura  así le llama al erotismo y a la intensidad, esa fuerza a veces aplicada con tanta precisión  paseamos por el barrio y miramos los perritos en la plaza me pregunta si me gusta sacarme a pasear, su pérdida en el español...

me encanta la coca aguada, la dulce sinfonía de los aires acondicionados chorreando en barrio norte, la luz mortecina de los bares de mala muerte  pensar que nací diseñada para amar  y aquí estoy  con mi soledad que acarrea varios veranos ya  no me importa  la belleza duele ahora sé que lo sabías y decidiste adentrarte en mí igual así como elegiste cortar todas las personas cortan conmigo para destruir algo hermoso  yo me dejo  así como paseo por estos barrios chetos sin ningún encanto más que el ordinario despilfarro de electricidad y dinero, sus aires acondicionados gotean igual, son un asco, el cemento seco, ni un árbol acaso viven en Miami y aquí lavan dinero? en sus sueños ordinarios de poca monta pido perdón  perdón a todo el mundo  tengo un temperamento terrible  quiero ser un hombre femenino filmado por luca guadagnino  dudar de mi sexualidad  jugar juegos mentales sembrar el amor intelectual  vos también hiciste l...

hoy me aparecí en tu puerta traje toda mi basura emocional  una lata de sprite zero verde lima limón mente*a una esponja para lavar los platos que compré en el bazar para colgar mi ready made art mis ojos gastados que de verdad ya no toleran una pantalla más a los 40 años me empecé a cuidar cumbre y ocaso de eso que alguna vez no pudimos                         obrar                                                                                                    collage                                                           ...